AMAR Y NO JUZGAR


 Dios mío, purifícame, limpia mi alma. Que aprenda a mirarte a ti en los demás. Que pueda yo amar a mi prójimo, así como mi propia alma anhela que los demás me amen; porque me gusta cuando me aceptan tal como soy, me agrada cuando cometo un error y me perdonan, me alegra ver que otro me tiene paciencia. Pero son tantas las ocasiones en que no ofrezco hacia otros esa misma aceptación, ni perdono con facilidad, ni soy lo suficientemente paciente… Al aplicar mi propio juicio dejo entrar en mí, enojo e indiferencia, y pierdo tu bendición. Líbrame del egoísmo, líbrame de la envidia.

Tú enseñas en tu Palabra que primero es el amor, que es lo más importante. De nada vale todo el bien que yo pretenda hacer, si no hay amor en lo que hago.

Ayúdame a amar como Tú amas Señor. Aprenda yo a dejar en ti todo juicio mi Dios, y amar con un “sincero” amor a mi prójimo; te lo ruego Señor, en el nombre de Jesús, ¡amén!